La fabricación aditiva de metales es el proceso de crear un objeto 3D a partir de un modelo CAD construyéndolo con polvo metálico, capa a capa. Esta tecnología puede producir formas complejas que no son posibles con los métodos de fabricación tradicionales, además de reducir el desperdicio de material y simplificar el proceso de producción.
Las industrias más habituales que encargan la producción de componentes específicos son la aeroespacial, la de defensa y la de transporte, por lo que es esencial reducir las posibilidades de oxidación del metal durante el proceso de construcción, ya que esto puede provocar un fallo de construcción, un fallo de la prueba de esfuerzo o también un fallo de la prueba de densidad debido a los bajos estándares de calidad. La absorción intersticial de cualquier óxido embrutece la soldadura y puede inutilizar el componente.
Además del riesgo de oxidación, la contaminación por humedad se considera ahora un posible problema de calidad que afecta a la integridad del producto. Los procesos metalúrgicos tradicionales, como la sinterización, requieren atmósferas secas e inertes para garantizar la resistencia y la fiabilidad, y la fabricación aditiva de metales no es diferente.
La futura adopción de esta tecnología en muchas industrias depende de la medición y el control de la concentración de oxígeno y la humedad en el proceso de fabricación.
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