Procesado y envasado de alimentos y bebidas

Dióxido de carbono en la elaboración de alimentos y bebidas

El CO2 tiene una amplia variedad de usos en toda la industria alimentaria. Además de en las bebidas gaseosas, el CO2 se utiliza en el secado para prolongar la vida útil de frutas y verduras, como hielo seco para la refrigeración de mercancías en tránsito, para aturdir a los animales antes del sacrificio, y muchos otros usos.

El CO2 se obtiene de fuentes muy diversas, pero en general se recupera de los gases industriales con distintos grados de pureza. Gran parte se produce en las plantas de gas de síntesis, como la producción de amoniaco/hidrógeno, en las fábricas de cerveza a través del proceso de fermentación o, en menor medida, en la combustión de combustibles fósiles como el gas natural.

La multiplicidad de contaminantes potenciales es una consecuencia natural de la variedad de fuentes de alimentación. Pueden constituir un peligro para la salud humana incluso a nivel de trazas, lo que obliga a la industria a controlar y supervisar la pureza del CO2 como norma de calidad.

Oxígeno en la elaboración de alimentos y bebidas

El O2 es uno de los gases adicionales utilizados en la industria alimentaria. Entre sus usos se encuentran:

El nitrógeno en la elaboración de alimentos y bebidas

El N2 es de gran interés para la industria alimentaria y de bebidas, debido a su inercia. Tiene diversos usos en el procesado de alimentos, como la aireación del chocolate o como atmósfera protectora para el envasado y almacenamiento de alimentos cuando se utiliza individualmente o en mezclas de gases. El nitrógeno también se utiliza para sustituir al aire, ya que contiene oxígeno reactivo, para purgar las líneas de transferencia a los tanques de almacenamiento de bebidas o alimentos perecederos.

El vino contiene oxígeno disuelto de forma natural como parte de su proceso de fermentación. Con el rociado de nitrógeno, el oxígeno disuelto se asocia con las burbujas de nitrógeno y sale del vino. La utilización de nitrógeno como gas de barrido e inertización evita que el oxígeno del aire entre en contacto con el vino embotellado.