El biometano se inyecta cada vez más en las redes nacionales de transporte de gas junto con el gas natural. La calidad del biometano, especialmente su contenido de humedad, se controla para garantizar que no haya riesgo para los equipos ni pérdida de valor calorífico en la línea.
El gas se comprime y transporta a presiones de hasta 70 barg. Controlar el contenido de humedad del biometano es esencial para garantizar que no se condense agua líquida en la tubería y evitar así el riesgo de corrosión o formación de hielo.
Este condensado puede combinarse con otros contaminantes, como el dióxido de carbono y/o el sulfuro de hidrógeno, para formar compuestos ácidos que provocan mayores efectos de corrosión en los equipos aguas abajo. Secar el gas hasta un punto de rocío bajo reduce en gran medida la formación de estos compuestos corrosivos y aumenta la eficiencia global de la planta.