La medición del punto de rocío para controlar la relación hidrógeno/humedad es esencial para conseguir propiedades uniformes en las piezas sinterizadas de polvo metálico. Si la humedad no se controla o se mide con instrumentos de mala calidad, es probable que se produzcan efectos negativos, por ejemplo, en la estabilidad dimensional de la pieza o en su dureza, debido a la carburación o descarburación.
La sinterización puede realizarse al vacío, pero también a presión atmosférica en un gas inerte, con hidrógeno añadido. Debido a la composición en polvo de la materia prima, la exposición a la humedad en el interior del horno puede provocar aglomeración, con la consiguiente creación de grandes agujeros en el producto acabado. Para evitarlo, es necesario medir y controlar con precisión el contenido de humedad. Para la sinterización realizada a 600°C, es necesario mantener un punto de rocío constante de -60°C. El gas se muestrea en varios puntos del horno y es necesario disponer de un método de medición de la humedad de respuesta rápida, para poder actuar rápidamente si los niveles de humedad superan los valores máximos permitidos.
Los procesos de sinterización utilizan temperaturas relativamente bajas (en torno a 600 °C) para unir metales en polvo. La sinterización da como resultado productos ligeros y resistentes, lo que los hace adecuados para una gran variedad de aplicaciones, desde piezas de maquinaria hasta casquillos para munición. Por ejemplo, los filtros de metal sinterizado están disponibles con muchos de los sensores de humedad Michell. El proceso de sinterización crea un producto fuerte, que sigue siendo poroso. Proporciona un filtro más fino de lo que sería posible con una gasa o por mecanizado.
Póngase en contacto con nuestros experimentados ingenieros para analizar las necesidades de su aplicación.