Existen muchas aplicaciones en las que es necesario medir el nivel de oxígeno en un entorno, desde el sector industrial, automovilístico, logístico/transporte y agrícola hasta el aeroespacial y sanitario. En algunas aplicaciones se considera aceptable un nivel de precisión relativamente bajo; sin embargo, cuando se requiere un alto grado de precisión, se especifican predominantemente dispositivos sensores de oxígeno basados en un elemento activo de dióxido de circonio (ZrO2).
Sin embargo, hay que tener en cuenta que la tecnología convencional de ZrO2 sigue teniendo ciertas restricciones operativas que los ingenieros deben conocer a fondo. En este blog se detalla cómo SST Sensing (una marca de PST) ha empleado una metodología más sofisticada y polifacética para superarlas.
Los sensores basados en ZrO2 se utilizan habitualmente en el control de la combustión. Mediante el control de las presiones parciales en los gases de escape emitidos por los conductos de las calderas industriales, se identifica la presencia de un exceso de oxígeno. Siempre debe haber un exceso de oxígeno en la chimenea (para evitar la formación de compuestos de monóxido de carbono), y si este nivel es demasiado alto significa que la caldera está calentando aire fresco y, por tanto, no está funcionando de forma eficiente (se está gastando energía innecesariamente). El acceso continuo a los datos sobre el contenido de oxígeno de la chimenea permite ajustar la relación combustible/aire para optimizar el proceso de combustión. Así se ahorra dinero y se reduce el efecto sobre el medio ambiente.
En los aviones de pasajeros, los sensores de óxido de circonio son fundamentales para evitar la acumulación de oxígeno en el espacio de cabeza de los depósitos de combustible. Los sistemas de generación de gas inerte a bordo (OBIGG) se utilizan para eliminar el oxígeno, de modo que el espacio de cabeza tiene una elevada concentración de nitrógeno (que es inerte) y se puede evitar el riesgo de explosiones.
En salas de servidores y archivos de documentos, los sensores de ZrO2 desempeñan un papel en el establecimiento de entornos hipóxicos (con bajo nivel de oxígeno) como medida de prevención de incendios. Estos dispositivos pueden proporcionar a los generadores de nitrógeno datos sobre el nivel de oxígeno presente, de modo que (en zonas en las que no haya personal) se pueda lograr una reducción de los niveles de oxígeno.
La reducción de los niveles de oxígeno también puede ayudar a prolongar la vida de los productos perecederos (como frutas y verduras) cuando se transportan a largas distancias. Las pruebas de emisiones de los vehículos son otra aplicación que requiere el uso de tecnología de sensores de oxígeno de alta precisión.
Los dispositivos de detección de oxígeno con elementos activos de ZrO2 de SST Sensing se clasifican generalmente según las dos técnicas diferentes utilizadas para determinar los niveles de oxígeno. En ambos casos, esto es consecuencia directa de las propiedades que presenta el ZrO2 cuando se somete a temperaturas superiores a 650 °C.
Las técnicas son:Dado que el ZrO2 se disocia parcialmente a 650oC, el material emite iones de oxígeno móviles. Aplicar una tensión continua significa que estos iones (que de otro modo se moverían aleatoriamente por la red cristalina) pueden ser conducidos a través de la pieza de ZrO2 y hacer que liberen posteriormente una cantidad de oxígeno cuando alcanzan el ánodo. La cantidad de oxígeno producida es proporcional a la carga transportada.
En el mercado existen muchos sensores que se basan en una de estas técnicas. Los sensores de bomba de iones tienen asociados problemas de sensibilidad a la temperatura, lo que significa que no pueden utilizarse en determinados entornos de aplicación. Además, se basan en orificios capilares de pequeño diámetro que pueden obstruirse fácilmente cuando se colocan en lugares donde hay grandes cantidades de partículas (como calderas industriales). Esto limita considerablemente su vida útil.
El rendimiento de los sensores basados en el efecto Nernst también se ve afectado, en cierta medida, por las altas temperaturas. Además, normalmente es necesario integrar una muestra de gas de referencia conocida en el sistema de detección, lo que puede hacer inviable su instalación en algunas aplicaciones.
Admiten vidas útiles de hasta 10 años (dependiendo del entorno de aplicación), con requisitos insignificantes de mantenimiento o calibración. Su robustez innata evita la necesidad de incluir complejos subsistemas de control de la temperatura. Además, el ciclo de presurización/evacuación que caracteriza su funcionamiento proporciona valiosa información de diagnóstico, lo que permite examinar la salud del dispositivo.
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