Nitruración gaseosa y medición de O2

La nitruración gaseosa es un proceso de tratamiento térmico que difunde nitrógeno en la superficie de un metal para crear una capa cementada.



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La nitruración gaseosa es un proceso de tratamiento térmico que difunde nitrógeno en la superficie de un metal para crear una capa cementada. La capa de nitrógeno se añade a la superficie de las piezas de acero utilizando amoníaco disociado como fuente. El amoníaco se "craquea" introduciéndolo en un horno a temperaturas que suelen oscilar entre 550...570°C. El amoníaco (NH3) se disocia en nitrógeno e hidrógeno, y el nitrógeno se difunde en la superficie caliente del metal creando una capa de nitruro.

La presencia de oxígeno en este ambiente caldeado puede provocar una explosión. Para minimizar el riesgo de explosión al introducir amoníaco, primero hay que purgar el horno y reducir los niveles de oxígeno, normalmente por debajo del 3-5%. El gas de purga suele ser nitrógeno.

Esta parte del proceso se controla generalmente mediante un caudalímetro másico para determinar la cantidad de nitrógeno que debe suministrarse en función de la superficie de la pieza y del volumen de la retorta del horno. Algunos profesionales de la nitruración también optan por medir el nivel de oxígeno en el horno en este punto como segundo valor de referencia. Tanto desde el punto de vista de la seguridad como en el marco de un sistema de control del potencial (Kn) en el horno.

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