La medición de la humedad en los hornos de recocido es esencial para conseguir propiedades uniformes de los metales tratados. Si el punto de rocío no se controla o se mide con instrumentos de mala calidad, es probable que se produzcan efectos negativos en las dimensiones de la pieza o en su dureza debido a la carburación o descarburación.
Mejora de los procesos de recocido mediante una medición precisa de la humedad
El recocido aumenta la ductilidad y reduce las tensiones internas del material. El metal se calienta justo por encima de su temperatura crítica y luego se mantiene a una temperatura más baja durante varias horas antes de enfriarlo. El proceso se lleva a cabo en una atmósfera controlada para garantizar un acabado de buena calidad.
La medición del punto de rocío del horno de recocido proporciona una indicación vital del grado de reducción u oxidación de la atmósfera durante las etapas de calentamiento. Esto permite al operador del horno controlar con precisión la mezcla de gases para manipular la atmósfera y obtener los mejores resultados. La determinación precisa de las condiciones de la atmósfera del horno permite obtener mejores acabados, reducir el consumo de gas y llevar a cabo el proceso de recocido a temperaturas más bajas, con la consiguiente disminución de los costes de explotación.
El punto de rocío de la atmósfera del horno debe medirse continuamente. La muestra se extrae del horno y se hace pasar por un serpentín de refrigeración para que vuelva a la temperatura ambiente y pueda medirse con seguridad. Los puntos de rocío más bajos significan que aumenta el potencial reductor de la atmósfera, con puntos de rocío deseables típicos de una atmósfera reductora por debajo de -50°C o -70°C, dependiendo del tipo de metal que se esté tratando. Esto se encuentra dentro del rango de medición de los higrómetros de precisión de espejo refrigerado de Michell Instruments.
Control de la humedad durante los procesos de sinterización
Los procesos de sinterización utilizan temperaturas relativamente bajas (en torno a 600 °C) para unir metales en polvo. La sinterización da como resultado productos ligeros y resistentes, lo que los hace adecuados para una gran variedad de aplicaciones, desde piezas de maquinaria hasta casquillos para munición. Por ejemplo, los filtros de metal sinterizado están disponibles con muchos de los sensores de humedad Michell. El proceso de sinterización crea un producto fuerte, que sigue siendo poroso. Proporciona un filtro más fino de lo que sería posible con una gasa o por mecanizado.
La sinterización puede realizarse al vacío, pero también a presión atmosférica en un gas inerte, como el hidrógeno. Debido a la composición en polvo de la materia prima, la exposición a la humedad en el interior del horno puede provocar aglomeraciones, con la consiguiente creación de grandes agujeros en el producto acabado. Para evitarlo, es necesario medir y controlar con precisión el contenido de humedad. Para la sinterización realizada a 600°C, es necesario mantener un punto de rocío constante de -60°C. El gas se muestrea en varios puntos del horno y es necesario disponer de una respuesta rápida para las mediciones de humedad, de modo que se puedan tomar medidas rápidamente si los niveles de humedad aumentan por encima del máximo.
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