Las atmósferas controladas o modificadas pueden aumentar considerablemente la vida útil de determinadas cargas hortofrutícolas. El sensor de oxígeno de circonio OXY-COMM de SST se diseñó para prolongar la vida útil de los alimentos perecederos en atmósferas refrigeradas, controladas y modificadas mediante la medición precisa de la concentración de oxígeno.
Los productos perecederos, como la fruta y la verdura, siguen metabolizándose una vez recolectados. Esto significa que el oxígeno (O₂) de la atmósfera se consume y produce calor, dióxido de carbono (CO₂), humedad y posiblemente gas etileno. La vegetación está madurando y acabará degradándose hasta alcanzar un estado indeseable.
En consecuencia, el transporte y almacenamiento de alimentos perecederos puede suponer un reto para garantizar la integridad del producto durante el tránsito. Hay cuatro factores muy importantes que deben tenerse en cuenta al transportar alimentos perecederos: calidad, temperatura, humedad relativa y concentración de gas; Calidad: las frutas y hortalizas deben tener una buena calidad inicial; Temperatura: cada reducción de 10⁰C reduce a la mitad la tasa de metabolismo; Humedad relativa: solo un 2% de pérdida de agua es muy perjudicial para la calidad; Atmósfera controlada: la reducción de la concentración de oxígeno del 21% al 2% provoca una reducción aproximada del 30% en el metabolismo.
Si se utilizan correctamente, las atmósferas controladas o modificadas pueden aumentar considerablemente la vida útil de determinados cargamentos de frutas y verduras. Al ralentizar su ritmo metabólico, se retrasa la maduración natural del producto sin afectar a su sabor ni a su calidad de consumo.
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