En la mayoría de los procesos de secado es fundamental secar al nivel correcto. Si seca demasiado, el producto puede estropearse; si no seca lo suficiente, las bacterias destruirán su producto. La cantidad perfecta de humedad relativa (actividad del agua) le permitirá controlar la calidad y todas las características necesarias que pueda tener su producto. Además, el control del proceso de secado permitirá un consumo óptimo de energía y el mejor rendimiento del producto.
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