Aire comprimido, humedad y mantenimiento crítico

Metal pipes on red brick wall

Por qué el mantenimiento es esencial para la productividad, la eficiencia energética y la seguridad

La mayoría de nosotros conoce el viejo dicho: "la familiaridad genera desprecio".  Cuanto más a menudo veamos, utilicemos o hagamos algo, menos probable será que lo tratemos con respeto.  Aunque en algunos ámbitos de la vida esto puede no ser importante, en un entorno industrial dará lugar a prácticas que afectan a la productividad, la fiabilidad de los equipos y la salud y seguridad de los empleados.

El mantenimiento de los sistemas de aire comprimido es un buen ejemplo.  Como cuarto servicio industrial y con compresores, secadores, receptores y tuberías que forman parte familiar de la vida de la fábrica, es demasiado fácil dar por sentado su funcionamiento, fiabilidad y seguridad.  Por supuesto, la mayoría de las empresas cuentan con rigurosos procedimientos de mantenimiento, con inspecciones periódicas llevadas a cabo por sus propios ingenieros o por proveedores externos, a menudo la empresa que realizó el suministro e instalación originales. 

Con el paso del tiempo, sin embargo, las normas pueden empezar a fallar.  Los intervalos de mantenimiento rutinario se alargan, mientras que las reparaciones se retrasan o se realizan como una solución temporal, que de alguna manera nunca se sustituye.  Las presiones presupuestarias, la pérdida de competencias y los recortes de OPEX no han ayudado; tampoco lo ha hecho la adopción continuada por parte de algunas empresas de los anticuados procedimientos de mantenimiento reactivos o basados en el tiempo.

Con la llegada del mantenimiento predictivo -mejorado en la actualidad por dispositivos de supervisión inteligentes y, más recientemente, la introducción de la IA-, hemos asistido a una mejora significativa de la fiabilidad y el tiempo de actividad de los sistemas de aire comprimido.   Al mismo tiempo, con operaciones de producción y procesos cada vez más exigentes, así como la introducción de equipos especializados de generación de gas, se hace mucho más hincapié en la necesidad de producir aire comprimido y otros gases de la máxima pureza.  El efecto ha sido una mayor concienciación sobre la importancia de un mantenimiento eficaz y trazable de los equipos de aire comprimido, especialmente de aquellos dispositivos auxiliares, como los secadores, que son esenciales para una calidad óptima del gas. 

Calidad del gas y medición de la humedad 

La humedad, tanto en forma líquida como gaseosa, es uno de los principales contaminantes de los sistemas de aire comprimido, y está definida por la norma ISO 8573. La humedad puede entrar en el compresor en forma de vapor de agua procedente de la atmósfera circundante, penetrar a través de fugas en las tuberías o en las conexiones de los equipos, y formarse en forma de condensación debido a los cambios en las temperaturas de funcionamiento de cada sistema.   

Cualquiera que sea su origen, la humedad provocará la corrosión de las superficies metálicas internas, degradará las propiedades de los aceites y grasas lubricantes y comprometerá la pureza del aire comprimido que se utilice para tareas de proceso o producción.  Casi todos los sistemas de aire comprimido incorporan un secador frigorífico o desecante para eliminar la humedad de la corriente de aire.  En condiciones normales, este secador debería cumplir las especificaciones; sin embargo, si se supervisa de forma incorrecta o se realiza un mantenimiento deficiente, se corre el riesgo de que el aire de salida contenga una elevada carga de humedad.  También hay que tener en cuenta que los fallos de mantenimiento en otras partes del sistema pueden repercutir en el rendimiento del secador; por ejemplo, si los compresores funcionan a alta temperatura, la temperatura tanto de la atmósfera circundante como del aire de descarga aumentará, incrementando su capacidad de retener humedad. 

Aquí es donde dispositivos como nuestro Easidew EA2 Los transmisores de punto de rocío desempeñan un papel crucial.  Instalados en línea después de una unidad de secado, proporcionan una medición extremadamente precisa en tiempo real de los niveles de humedad, hasta unas pocas ppm.  Del mismo modo, nuestro último medidor portátil del punto de rocío del gas comprimido, el Secador Easidew PDP Portátil, proporciona un método rápido, preciso y rentable de medir los niveles de humedad en puntos críticos de cada sistema de aire comprimido.  La unidad es ligera, fácil de usar y autónoma, con varias opciones de almacenamiento de datos y conexión. 

Estos instrumentos son ideales para su uso en regímenes de mantenimiento predictivo, ya que proporcionan una indicación clara de los cambios que se producen con el tiempo en, por ejemplo, el rendimiento de los secadores.  Esto permite programar el mantenimiento durante los periodos de producción tranquila. 

Calibración del sensor de punto de rocío

Es importante señalar que los sensores e instrumentos de medición de la humedad también requieren un mantenimiento regular.  En particular, la sensibilidad y precisión de los sensores cambia con el tiempo, debido a la corrosión o contaminación de los sensores y al envejecimiento a largo plazo de los componentes electrónicos.  Por lo tanto, es esencial recalibrarlos, normalmente una vez al año. 

Para facilitar este proceso, ofrecemos un Programa de intercambio de sensores, donde se suministra por adelantado un transmisor de punto de rocío de repuesto, listo para ser intercambiado.  El sensor antiguo se devuelve a nuestro laboratorio de calibración, donde se comprueba, ajusta y reacondiciona, listo para su reutilización.  Es un proceso rápido y sencillo que reduce al mínimo el tiempo de inactividad. 

Con 50 años de experiencia en el desarrollo de tecnología de humedad y punto de rocío, somos expertos en aplicaciones de medición de trazas de humedad en aire comprimido y gases especiales. Si desea conocer sus necesidades, póngase en contacto con nosotros. contacte con nuestro equipo hoy mismo. 

El aire que respiramos contiene vapor de agua de forma natural.  La cantidad de vapor que puede absorber el aire atmosférico viene determinada en gran medida por la temperatura del aire; cuanto mayor es la temperatura, mayor es el volumen de humedad que puede absorber.   

La cantidad máxima de humedad que se puede absorber a una temperatura determinada se denomina humedad relativa y se mide en porcentaje.  Cuando alcanza el 100 %, la humedad empieza a condensarse, lo que se conoce como punto de rocío. 

Por tanto, si el aire que rodea a un compresor -en la sala de compresores, por ejemplo- está demasiado caliente, existe el riesgo de que un mayor volumen de humedad se introduzca en el sistema, generando trabajo adicional para el secador y consumiendo un exceso de energía.  La temperatura del aire también aumentará al comprimirse.  Una vez que el aire pasa aguas abajo, se enfriará y, dependiendo de la temperatura y la presión, empezará a formarse condensación.

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